Prisioneros políticos arrojados a leones en Etiopía
Primer ministro reformista revela práctica de tortura que se cree que terminó hace décadas

Zacharias Abubeker / AFP / Getty Images
Se ha utilizado a leones, tigres y hienas para torturar e intimidar a los presos políticos en cárceles secretas de Etiopía, reveló el primer ministro reformista del país, Abiy Ahmed.
En declaraciones a los periodistas, Ahmed, visiblemente consternado, dijo: Es difícil creer que esto haya sucedido en la Etiopía actual, pero los animales se mantuvieron junto a los prisioneros y se utilizaron para forzar confesiones como herramienta de intimidación. La gente fue violada y asesinada, los saqueos eran desenfrenados. Lo que pasó allí fue vergonzoso.
Describió una habitación enjaulada donde los detenidos eran arrojados a los depredadores para extraer confesiones, comparándolo con una escena de una película o un libro de ficción.
Abdi Mohamed Omar, ex presidente de la volátil región somalí del país, está acusado de establecer centros de tortura encubiertos para reprimir la oposición a su gobierno tiránico.
Según la Ethiopian Broadcasting Corporation (EBC), Omar fue arrestado por presuntamente estar detrás de las violaciones de derechos humanos, así como de los enfrentamientos étnicos y religiosos ocurridos en la región etíope somalí después de que el fiscal general del país comenzara a examinar posibles cargos.
Los tiempos dice que los grandes felinos se han utilizado durante mucho tiempo como importantes símbolos de poder en Etiopía, pero se presume que los días en que se usaban como herramientas de intimidación terminaron con la desaparición de Haile Selassie, el autoproclamado emperador divino de la nación, que fue derrocado hace 44 años.
La policía sacó a Omar de su casa por televisión en vivo, convirtiéndose en la última figura de alto perfil en ser arrestada como parte de la campaña del Primer Ministro para erradicar la corrupción.
Ahmed recién asumió el cargo en abril, sin embargo, la velocidad y el alcance de sus reformas han asombrado incluso a sus seguidores más fervientes.
El mes pasado, firmó un acuerdo de paz histórico para poner fin al conflicto de dos décadas con el vecino del norte de Etiopía, Eritrea. También prometió liberar a miles de presos políticos y abrir las industrias estatales a la inversión externa, al mismo tiempo que continúa su represión contra la corrupción que ha frenado el desarrollo económico de su país durante décadas.